lunes, 24 de agosto de 2009

Que el llamarte cristiano no solo sea un sobrenombre


Hebreos 2: 1

Por tanto, es necesario que con más diligencia
atendamos a las cosas que hemos oído,
no sea que nos deslicemos.
El ser cristiano puede llevarnos en momento determinado
a olvidarnos de lo que eso significa.
Ser cristiano significa tomar como
modelo a Cristo y querer imitar lo que Jesús hizo acá en la tierra.
Pero hay momentos en la vida cristiana en donde el hecho de ser cristiano se vuelve un sobrenombre y no una experiencia diario de anhelo de agradar a Dios al tratar de imitar a Cristo.
No vamos a negar que cuando transcurren varios años después de que entregamos nuestra vida al Señor ; el ser cristiano muchas veces se vuelve como un sobre nombre más, como algo que sabemos que somos, pero que no queremos tratar de cumplir lo que nos hacemos llamar.
Yo siempre he dicho que un verdadero cristiano no necesita andar gritando a los cuatro vientos de que es cristiano, puesto que su forma de vivir lo distinguirá de los demás y la gente notará que es un verdadero cristiano.
El escritor a los hebreos decía algo muy importante y esto es:
es necesario que con mas diligencia atendamos a las cosas que hemos oído”,
la pregunta sería:
¿Estas atendiendo con diligencia las cosas que has oído?
Un día escuchamos que Cristo podía perdonar nuestros pecados y por eso lo aceptamos como nuestro Señor y único Salvador, luego también oímos que Dios tiene muchas bendición para nosotros si tan soló obedecemos a su palabra y por esa razón tratamos de ser obedientes a Él para recibir de sus bondades, pero también escuchamos que debemos vivir santamente porque Él es Santo. Pero lastimosamente todos anhelamos favores para nosotros, pero pocos están dispuestos a ser diligentes en su vida cristiana diaria.
Ser cristianos en la Iglesia todos pueden, pero fuera de la Iglesia es donde realmente se demuestran tus creencias.
Amigo mío, que el ser cristiano no soló se quede en un sobre nombre,
sino que mas allá de eso sea una realidad en tu vida, que sientas anhelo de agradarlo y de buscarlo, de atender con diligencia lo que un día escuchaste, porque sí no lo hacemos un día podemos deslizar.
El anhelo de Dios es que seamos atentos a su Palabra, que busquemos por todos los medios de agradarlo y honrarlo, Dios anhela bendecirte y parte de la bendición de Dios comenzará a brotar, cuando tu ritmo de vida espiritual no sea acomodada, sino mas bien un ritmo que deje ver que realmente te mereces el nombre de ser llamado CRISTIANO.
¿Estás atendiendo con diligencia a la voluntad de Dios?,
¿Si? ¿No?
¡Que estás esperando!

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