lunes, 18 de enero de 2010

EL SELLO DE DIOS

“En verano, cuando contemplamos los árboles de los bosques distantes,
vestidos todos con su hermoso manto verde,
no podemos distinguir entre los árboles perennes
y los que no lo son.
Pero cuando se acerca el invierno
y el monarca de la nieve los envuelve en su abrazo helado
despojando a los otros árboles de su hermoso follaje,
entonces distinguimos a los perennes.

Del mismo modo sucederá con todos los que andan en humildad,
desconfiando de sí mismos y asiéndose temblorosamente
de la mano de Cristo. Mientras aquellos que confían en sí mismos
y en su propia perfección de carácter pierden su falso manto
de justicia cuando son azotados por las tormentas de la prueba,
los que son verdaderamente justos,
que aman y temen sinceramente a Dios,
visten el manto de la justicia de Cristo
tanto en la prosperidad como en la adversidad.

La abnegación, el sacrificio propio, la benevolencia, la bondad, el amor,

la paciencia, la fortaleza y la confianza Cristiana
son los frutos cotidianos que llevan aquellos que están realmente vinculados con Dios.
Sus actos pueden no ser manifiestos al mundo,

pero están luchando todos los días contra el mal,
ganando preciosas victorias contra la tentación y el error.
Votos solemnes son renovados, y cumplidos por la fuerza
obtenida mediante la oración fervorosa y la constante vigilancia.
La persona ardiente y entusiasta no discierne las luchas

de estos obreros silenciosos; pero el ojo de Aquel que vé los secretos del corazón,
nota y considera con aprobación todo esfuerzo
realizado con humildad y mansedumbre.
Es el tiempo de prueba el que revela el oro puro del amor y la fe en el carácter.”

Es un mensaje de alcance mundial.
Llega en el tiempo del fin.
Ofrece algo que todos pueden elegir,
en lugar de recibir la

“marca de la bestia”.
Se trata del mismo mensaje del primer ángel de

Apocalipsis 14:6, 7 y 12.
Los cuatro ángeles están haciendo su labor en estos momentos en los que vivimos.
Nos encontramos en el breve período de calma que precede a la tormenta.
Los cuatro vientos son como ciclones de furia satánica que se agitan en el aire, listos para irrumpir en cualquier momento.
Por la misericordia de Dios son aún retenidos.
Estás lecciones son un instrumento mediante el cuál el Señor trata de que aceptes ese maravilloso
“sello de Dios.”

Los que resulten sellados,
estarán gimiendo y clamando a causa
de las abominaciones que se cometen en “la ciudad”.
Sus oraciones intercesoras se elevarán muy especialmente en favor de la iglesia, debido a que sus miembros estarán siguiendo los caminos del mundo.
Sentirán gran pena y angustia, debido a que
el orgullo, el egoísmo, la avaricia y el engaño han sido introducidos en las iglesias.
El Espíritu de Dios procura convencer de pecado,
mientras los siervos de Satanás triunfan por toda apariencia.
Dios es deshonrado al ser pisoteada su verdad.
En Ezequiel 9:4 da la orden:
“Ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella.”
En Egipto, cuando el ángel destructor pasó por en medio de la tierra para matar a todos los primogénitos de los egipcios,
“pasó de largo” [es el significado de “Pascua”]
de aquellas casas en el dintel de cuya puerta se había puesto una marca de sangre


(Éxodo 12:7, 12 y 13).
Así también, en la destrucción final,
se da la orden a los ángeles destructores:
“Pero a todo aquel sobre el cual esté la señal, no os acercaréis”


(Ezequiel 9:4).
El sello de Dios es, púes, la señal mediante la que Dios identifica a los suyos, como siendo su propiedad.
Si el Señor ha puesto en nuestro conocimiento pecados en los que no habíamos pensado antes, eso no hace más que mostrar que está avanzando en profundidad, y llegará finalmente hasta el fondo. Y cuando encuentra la última cosa sucia o impura, que no está en armonía con su voluntad, y la ofrece a nuestra atención, si decimos:


‘¡prefiero al Señor que a eso!’,


entonces la obra queda completada, y el sello de Dios puede ponerse sobre ese carácter...

¿Qué preferís tener? ¿la plenitud, la perfecta plenitud de Jesucristo, o conformaros con menos que eso, con algunos de vuestros pecados encubiertos, de forma que nunca sepáis de ellos? ¿No comprendéis que si quedan aún manchas de pecado, no podemos recibir el sello de Dios?


¿Cómo sería posible que ese sello de Dios, que es la impronta de su propio carácter perfecto revelado en nosotros, nos fuera impuesto en caso de que albergásemos aún pecados?

Así, él ha cavado hasta lo profundo, hasta lugares recónditos que jamás habíamos imaginado, dado que no podemos conocer nuestros corazones... Él purificará el corazón, y expondrá el último vestigio de maldad. Permitámosle avanzar, hermanos;


permitámosle llevar a cabo esa obra de escrutinio...

Para vosotros y para mí se trata llanamente de un asunto de vida o muerte, el que escojamos tener al Señor, o a nosotros mismos; la justicia del Señor, o nuestros pecados; el camino del Señor, o nuestros caminos. ¿Qué elección haremos? No hay dificultad alguna en tomar la buena decisión, cuando comprendemos lo que ha hecho el Señor, y lo que representa para nosotros.


"La elección es sencilla. Sea vuestra entrega completa.”


¿Dónde coloca el Espíritu Santo su sello?
Apocalipsis 14:1

El cántico de los 144 mil
1 Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de Él y el de su Padre escrito en la frente.
(A) Nota: El nombre del Padre ha de representar su carácter de Amor Puro,abnegado [ágape]. Cuando el pueblo de Dios aprenda a amar de la forma en que Dios ama, tendrá verdaderamente su nombre en sus frentes.

Nota: Si profesamos amar, pero no cumplimos la ley de Dios, estamos negando su sello. Y si profesamos guardar los mandamientos de Dios, pero no revelamos amor en nuestras vidas, negamos al Espíritu Santo, que es quien coloca el sello de Dios sobre su pueblo (“el fruto del Espíritu es amor”, Gálatas 5:22).

Un sello es una marca o señal de autoridad.
Lo solemos asociar a leyes y gobiernos.


“Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os parezca, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado” (Esther 8:8).


La reina Esther sabía que si el rey Asuero ponía su sello sobre un edicto, no podría jamás ser anulado ni modificado.

¿Dónde especifica Dios que está su sello?
Isaías 8:16
Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.

¿En qué parte de la ley se encuentra el sello del Señor?
Éxodo 20:8-11
8 Acuérdate del día de reposo[a] para santificarlo.(A)
9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
10 mas el séptimo día es reposo[b] para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna,(B) tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo[c] y lo santificó.(C)

Nota: Un sello ha de incluir tres contenidos para poder ser legal: (1) El nombre del legislador; (2) Su posición o autoridad, y (3) El territorio sobre el que tiene jurisdicción o efecto. Por ejemplo, el sello de la reina de Inglaterra indicaba: Elisabeth (nombre), reina (posición o autoridad) de Gran Bretaña, Irlanda y la Commonwealth (territorio). ¿Dónde se encuentra el sello de Dios en su ley? Sólo el cuarto mandamiento, relativo a la observancia del sábado, contiene los tres requisitos esenciales de un sello: (1) “El sábado es el día de reposo del Señor tu Dios” (nombre del legislador); (2) “porque en seis días hizo Jehová...” (posición o autoridad: ¡es el Creador!), y (3) “los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay” (territorio).

¿Qué dice claramente Ezequiel que es el sello o señal del Señor?
Ezequiel 20:12 y 20
12 Y les di también mis días de reposo,[a] para que fuesen por señal entre mí y ellos,(A) para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
20 y santificad mis días de reposo,[a] y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.

La verdadera observancia del sábado es el fruto de una genuina conversión a Cristo. No consiste simplemente en descansar el sábado. Recibir el sello de Dios abrazando la observancia del sábado consiste en recibir la obra del Espíritu Santo en el corazón. Se trata de un “reposo” del pecado y de la devoción al yo:


“Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios, porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas”


Hebreos 4:9 y 10. “Sus obras” son el orgullo miserable y el detestable amor al yo.

Tan pronto como uno acepta el “evangelio eterno”
representado por el mensajero celestial de Apocalipsis 14:6,
comienza a guardar el sábado, pues ama y adora a su Creador y Redentor.
No se trata de que un día sea de por sí mejor que otro, en lo exterior.
Como en el caso del árbol de cuyo fruto el Señor había especificado a Adán y Eva
que no comieran, se trata de un asunto de lealtad y obediencia.
Ya hemos visto cómo la base del llamado de la “bestia” es el amor al yo.
Pero aquellos que eligen morir cada día al yo, y llevar la cruz de Cristo,
obtendrán la victoria sobre la “bestia”, sobre su “imagen” y sobre su “marca”.
La marca de la bestia está en frontal oposición con la cruz de Cristo, y el verdadero sábado del Señor viene en ello a ser una señal de llevar su cruz.

¿Sobre qué obtienen la victoria los sellados?
Apocalipsis 15:2-4
2 Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios.
3 Y cantan el cántico de Moisés(A) siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre?(B) pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán,(C) porque tus juicios se han manifestado.

“Aquella multitud triunfante, con cantos de victoria, coronas y arpas, ha pasado por el horno ígneo de la aflicción terrena cuando aquél estaba caldeado y ardía intensamente. Vienen de la miseria, del hambre y la tortura, de la abnegación profunda y los amargos desengaños. Miradlos ahora como vencedores, no ya pobres, ni apenados, ni afligidos y odiados de todos por causa de Cristo.

En ese día se descubrirá que los justos eran los sabios,
mientras que los pecadores y los desobedientes eran los necios que confiaron en su orgullo y vanidad y que descuidaron las cosas de interés eterno...
Su paga será humillación y desprecio eternos.
Los que hayan sido colaboradores de Cristo estarán entonces junto al trono de Dios, revestidos de pureza y del manto de la justicia eterna.”
En los Lugares Celestiales

“Son los que siguen al Cordero por dondequiera que va” (Apocalipsis 14:4).
Si es tu deseo el formar parte de ese grupo privilegiado, todo cuanto has de hacer es seguir al Cordero, a Jesús, por dondequiera te lleve.
“Haced todo lo que él os diga” (Juan 2:5).
Los “144.000 representan a un grupo que ha recibido con alegría todo el consejo y conducción que Cristo ha enviado a su pueblo.
Se han sometido a la obra del Espíritu Santo,
permitiéndole realizar una completa reforma en sus vidas.
Hasta en sus hábitos relativos a la comida, la bebida, el vestir, la recreación, sus pensamientos y propósitos, se pusieron en armonía con el ejemplo de Jesús.

Sea que “144.000” se refiera a un número literal o simbólico, estará formado por los redimidos que vivan cuando Jesús regrese

“Cristo tenía siempre presente el resultado de su misión.
Su vida terrenal, tan recargada de penas y sacrificios, era alegrada por el pensamiento de que su trabajo no sería inútil.
Dando su vida por la vida de los hombres, iba a restaurar en la humanidad la imagen de Dios. Iba a levantarnos del polvo, a reformar nuestro carácter conforme al suyo, y embellecerlo con su gloria. Cristo vio "del trabajo de su alma" y fue "saciado."

“Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”
1 Pedro 5:7

“Orad sin cesar” 1 Tesalonicenses 5:17

“No se haga mi voluntad, sino la tuya” Lucas 22:42

“Dios dió a los hombres el poder de elegir; a ellos les toca ejercitarlo.
No podéis cambiar vuestro corazón, ni dar por vosotros mismos los afectos a Dios; pero podéis escoger servirle. Podéis darle vuestra voluntad, para que él obre en vosotros tanto el querer como el hacer, según su voluntad”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

 
Free Cupid MySpace Cursors at www.totallyfreecursors.com